Investigación histórica y científica.
Hoy, los historiadores creen que no fue el treasure de oro y plata que dio origen a la leyenda, sino al propio Atahualpa.
Para coronar a un nuevo emperador inca, era necesario hacerlo cerca de los restos de Atahualpa.
Pero el cadáver desapareció después de la ejecución.
Al revisar antiguos testamentos y biografías, los historiadores encontraron indicios de que los rastros conducían a un área muy remota dentro de Ecuador: Sigchos.
Este pedazo de tierra, ubicado entre los volcanes Illinizas y la famosa laguna del cráter del Quilotoa, sigue siendo muy rural hasta el día de hoy, pero varios rastros conducen a este lugar.
Machay, un nombre para un sitio de entierro inca, se encuentra cerca.
Malqui, nombre también para una momia.
Y surBasta, nadie nombraría un lugar Malqui-Machay sin razón.
Aún así, después de numerosos arqueólogos, antropólogos e historiadores que recorrieron la región durante más de una década, Atahualpa y/o su treasure permanecen sin descubrir.